jueves, 21 de enero de 2010

Diario de Escuela

La formación de niños y adolescentes en las escuelas es cosa de todos los días, hacer equipo con los padres de familia para que el trabajo tenga éxito es un reto.
No siempre los padres de familia y los maestros trabajamos sobre los mismos principios y valores, en apariencia pareciera que sí, pero al momento de la verdad las cosas cambias.
Iniciamos la semana escolar con un problema: Un niño en el umbral de su adolescencia tuvo a bien robar el teléfono “celular” de una de sus compañeras de clase, debo aclarar para ser más precisa, que la niña no solo era su compañera de clase, era a palabras de ellos su “amiga”.
El reglamento escolar en estos casos es muy claro, - “Persona que sea sorprendida robando, será dado de baja de la escuela”.
Sebastián no solo robo, también mintió culpando a otros, la primer entrevista con su tutor; que en este caso es su abuela, ella refirió no saber nada del asunto, pero en la entrevista posterior con las autoridades de la Institución, no solo dijo conocer perfectamente bien el problema, sino que se hizo acompañar de uno de sus hijos para con más mentiras tapar la acción de robo y mentira del nieto.
La subdirectora de la escuela se conmovió ante el acto “heroico” de la abuela de mentir para justificar al nieto, a tal grado logro conmoverse que estaba dispuesta a pasar por alto el reglamento escolar. Sin embargo otro grupo de maestros nos opusimos a ignorar el reglamento, está claro el mensaje que queremos que entiendan nuestros niños: ·mentir para ocultar una acción deshonesta o para permanecer en un lugar, no es el camino correcto.
Por ultimo diré que es fácil ser un padre bueno, pero se requiere de valor y amor para ser un buen padre. Esto también aplica para los maestros.

lunes, 18 de enero de 2010

Adiós

Veintisiete años y por fin digo adiós:
Adiós a tus tardes de fut bol,
a tu comida en silencio y mis palabras sin eco
a tus amigos de fin de semana,
a tus mentiras diarias,
a tu sueño incierto
y mis desvelos.

Después de tantos años encontré el valor
Para decirte por fin: adiós.

Hoy te vas de mi vida:
por fin te alejo de mi rutina,
ya no estarás más esperando a que te sirva,
no planchare tu ropa, no te despediré por las mañanas,
no habrá más fut bol los fines de semana
y en mi cama ya no estorbaran tu brazos, ni tus piernas
ni tu sexo dormido en mi cadera.