domingo, 10 de abril de 2011

Menopausia

Parece que no conozco este cuerpo, compañero y amigo de tantos años, hace algunos meses lo empecé a desconocer, dejo de comportarse como siempre, me desconcertaba todos los días. Debo confesar que hasta llegue a temerle, se salió de control, dejo de obedecerme. Tan extraña me siento con él que he llegado a pensar que tal vez alguna noche alguien se llevo mi cuerpo y me dejo en su lugar este que no responde, así de repentino fue su cambio. Hace dos años note que no era el mismo, se negaba a recordar datos recientes, recuerdo que un día después de llevar a mi hija mayor a su trabajo de estudiante de regreso a casa al circular por una calle cotidiana olvide completamente por donde iba, sabía que iba a casa, que había dejado a mi hija en su trabajo, pero aquella calle me pareció tan ajena y tan extraña, me sentí perdida….afortunadamente me acompaña mi hija menor y con un tono de voz que hice parecer lo más natural le pregunte - ¿Tú sabes dónde estamos?- y ella fue mi salvación y mi memoria. Fueron experiencias que me llenaron de miedo y confusión. ¿Qué le sucedía a este viejo amigo?, ¿Por qué me había abandonado? Lo lleve al médico no quería que se enfermara, “stress”, fue el diagnostico; unas pastillitas para fortalecer su memoria bastaron para que retomara su actividad normal. Por esos días nuevamente volvió a traicionarme, cólicos menstruales y sangrados abundantes me tenía preparado, ¿Qué te sucede? Le preguntaba angustiada, desde que cumplí los 12 años hicimos un pacto de amistad, no lo rechazaría, le daría libertad de ejercer su función, a cambio de librarme del dolor……cumplí y cumplió, y ahora no sé qué paso, todo en mi cuerpo cambio. Un día desperté sin lozanía, mi piel estaba seca, no había crema que la hidratara, por semanas tome mucha agua y nada seguía igual, mi piel deshidratada y mi cabello igual…….ya no me gustaba. Climaterio, menopausia……….es esta nueva alianza entre mi cuerpo, mi edad y mi alma.